sábado, 16 de febrero de 2013

Hoy está nublado


Me desnudo y duermo encogido en un sillón cuando me desbordo. En el sillón mas próximo me duermo como hecho bolita mientras pasan las horas incontables que debo evitar. Y debajo de éste aparente estado de calma hay nada. La nada y la calma me regresan entonces a la superficie y desde ahí veo que encima hay retazos, trozos de distintos tamaños que pueden ser contados por manojos. Cachos conforman una maraña tan indescriptible por tan variada. Minucias. La maraña, ésta que les digo, deja entrever pedacitos de tiempo que a alguien se le ocurrió cortar para poder contarlo  y repartirlo,  atomizarlo. Todo es visible a ras de superficie. En lo visible y contable concurren en muchas piezas de un algo que ya no existe y que acumulados a fuerza de tanto coleccionar han caducado y se amontonan como lo que no sirve. Pero lo puedo ver desde la superficie próxima, a ras de agua. ¿A dónde van todas las palabras en deriva?
Concuerdo. Estoy de acuerdo en que todos somos de lodo. En lodo y de lodo poquito a poquito nos convertimos y nos dimos cuenta de cómo el afrodisíaco sabor de lo prohibido emana tardíamente y termina mientras hacemos nada por evitarlo. Y la carne, la carne también se consume, se olvida  y se vuelve casi como el lodo. 
Uno regresa hasta volverse especialista en partir, especialista en centrar los círculos con todas sus variaciones,  diestro en no perder la cabeza ¿Porqué debería permanecer? Anda, cuéntame más historias mientras los días pasan como el vaho que sale de las plantas por la mañana después de la lluvia o después de que les he tirado un poquito de agua. Porque tienes razón, todo está bien y lo afirmas mientras se quema el sonido, mientras no volteemos, mientras volteamos para ignorarnos. Se puede ser despreocupado ante muchas cosas pero no indiferente y la indiferencia me causa un poco de miedo, un poco de temor a que se expanda porque tiene el mismo comportamiento del sonido aunque la indiferencia misma no tenga una expresión física, palpable, pero que casi por condición, invita a replegarse, a ceder y a oscilar en éste rugoso estado de calma aparente vista desde el suelo, todo desmembrado, todo formando una maraña. Dime tu si no es verdad que se siente ajeno, anda, no me digas que no es verdad, no me digas  que sabes que vamos en todas direcciones al mismo tiempo y al final estamos parados de espaldas unos a otros, al final terminamos en donde termina el círculo. Estamos perdidos y queremos vivir.



Volví a encender la luz solo para que me avisaran que me desmayé nuevamente. Un día me caí y supongo que la luz encendida me avisó que solo a ras de suelo se pueden ver los pedazos de tiempo ahí abandonados.

Apago la luz.
c: Promete que hoy no te caerás.
n: Hoy no

lunes, 14 de enero de 2013

En algún lugar

Encontrar un lugar en un mundo invisible al propio, otro invisible no se volvió un poco obsesivo.Quizá algo deba detenerme ¿No? Quizá sea urgente pausar y respirarme en la boca para sentir lo frágil del sonido. ¿Ves?, el dolor no se detiene. El helecho se murió.Desde hace días -creo que desde un inicio- el cuarto que ahora habito me ha dicho que en cualquier momento debe ceder.Y tendrá que hacerlo.Me lo susurra sin ninguna emoción, así como ocurre con bastantes cosas. Y el sonido se va alejando silenciosamente de éste manojo de sonrisas tristes hasta alejarme a mi también. Confieso y me aseguro de permanecer quieto y entregado al instante mismo del colapso. Como bien preciso tiene que ser. Ésto hizo que unas tardes se ataviaran de gris y oxido, que unas otras decidiesen caminar por ésta mansedumbre generalizada sin mirar, sin sujetarse. A mi me crujió algo dentro de una caja ¿Lo sabes? Una caja dentro de otra, así: Indefinidamente. Y alguien se llevó mi cuerpo. Si no, ¿Qué le dice a usted la palabra absorción?¿No le gustaría dejar de respirar si usted respirara y respirase éste aire, ligera sensación viva, absolutamente enrarecido?Las tenues sombras que produce el ventanal por las tardes y que contrastan por las noches también lo mencionaron, lo puntualizaron: Recuperar la vida. Dijeron al oído. Y llenaron al abismo. Pero una ley física impide que permanezcan así como ocurre con todas las cosas. Correr correr correr correr correr y correr y correr y correr y correr y correr y correr y correr y correr y correr y correr hasta que los murmullos se disipen.





Hoy no voltearé.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Creer por un momento bien diminuto.


Un dolor bien preciso en el cuerpo me avisó con un buen periodo de anticipación que no debo estar seguro de lo que pase, incluso si lo puedo corroborar de cualquier manera.
¿Acaso no me lo repetí incontables veces?
No lo hagas, no lo hagas, no lo hagas... y mira ahí, tienes.
Y no solo olvidaron mi nombre, además:
Creí que era cierto. 
Creí en días.
Creí en esos días como del sur.
Porque de repente todo se volvió el sur, tu te volviste el sur, todo alrededor era el sur.
Seguramente coincidiremos en otro abrazo infinito silenciado por el ruido y una penumbra atestada de falta de algo.

Creí, pero ahora por las mañanas camino en las calles llenas de orines, alcohol, vómito, sangre, saliva, mierda de perro, mierda de humano.
Calles llenas de huellas.
Calles no vacías en donde un hombre incógnito grita:
"¡Aléjese por favor! ¡Aléjense que soy la mala suerte!"

Desde mi cuarto vi al viento que corrió desnudo.
Lo vi cuando se fugaba.
 -¿Y su cuerpo?
Se lo llevaron los coyotes.
Ése día muchos peces divagaron por ahí de las 3:33 de la mañana...¿Recuerda?
¿Y qué cree usted?
Lo creí.



Hoy prometo  n o     t o c a r     a l    m u n d o.

jueves, 20 de diciembre de 2012

El tiempo también es silencio.

Pasa porque uno se vuelve invisible y huye.
Se vuelve huraño y de manera consciente incógnito.
Un día sin dudar decide evitar contacto y alejarse un poco porque el mundo no parece el mismo.
Porque el hábitat deja de ser cómodo y es bien impredecible como cualquier cosa anterior a lo conocido.

Negarse y abstenerse obstinadamente.
Dejarse.
Ayer vi una roca errante que navega hasta inevitablemente disolverse.
Uno camina sin destino fijo.
¿Qué importa cuando nadie te espera? ¿Qué esperar?
¿A dónde va todo éste tiempo?

Saltar como una oda a dejarse.
Tocarse y resonar como un acorde.
Uno se olvida.
Sucederás, lo sé.
Tu contra el caos y los otros contra el miedo animal que nos hacer salir corriendo a aullar hasta hacer temblar a los perros.

Cierra los ojos 
cierra los ojos
cierra los ojos, por favor cierra los ojos.


Dicen que al amanecer terminará el mundo pero no ocurrirá, te lo aseguro.
Aunque para unos ya esté concluido porque alguna vez simplemente olvidamos nuestro nombre.
Subamos y miraremos mientras sucede ¿De acuerdo?
¿Dormimos? ¿Platicamos?
Vamos ahora que el tiempo es corto,
ahora que el tiempo no es ruido.

Salgamos y deshombrizemos.


















Hoy ya no hay aves en el cielo.
Hoy navegarán y serán incontables.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Mudar de vida.


Hago inventario justo ahora porque siento mi mochila poco pesada...qué raro, antes todo cabía en el bote de basura.

Las cosas que se han muerto, las rocas olvidadas en la superficie, los océanos bajo la tierra, el dibujo de mi sombra, las aficiones las más arraigadas,  los nombres científicos de enfermedades poco comunes, los libros prestados, la tranquilidad que desaparece, personas que habitan en el estómago de los osos polares, el paisaje en la carretera, las caminatas en los días lluviosos, los teclados en el aire, cajas con escritos que me han dado, la sensación de no poder respirar cuando escucho ciertas canciones, las demoliciones, ése azul de las 7:33 pm, las personas que llegaron en éstos días, las plantas que ahora habitan conmigo, los sueños que no recuerdo, los encuentros fortuitos, lo que perdí por no pedir ayuda, los regresos,  el fin del mundo desde la azotea, las risas que me hicieron sonreír, desilusiones pasajeras, llamadas perdidas a las 3 de la madrugada, las traiciones mudas, el cine en el 20, mis detallitos, mis gatos, la nieve en el rostro, una onomatopeya inconclusa, la esquina en la terraza que esta llena de botellas vacías, las toallas mordidas, el balcón desde donde ahora veo la ciudad furiosa, los proyectos que no han terminado, las mudanzas, el alma llena de esperanzas, el rostro apacible, solemne y bien justificado de mi abuela en su ataúd, la evaporación del agua vista a ras de piso, la luz ocre de las 6:43 PM, el cuchillo en mi espalda, mi saco de pisadas, el hambre de dos días, las playas solitarias, un par de pastillas por si acaso, el baile de las 5:00 am, las gotas que avanzan en la ventana, las personas que nunca regresaron en éstos días, esas cosas que ahora son muy otras, la indiferencia de la vida, mi carpeta de hojas, el olor de un cuerpo ajeno impregnado al mío, el inicio de todo en cada amanecer, el bajo, los cadáveres devorados por aves, dos pasaportes, la fuerza de mi familia para ofrendar, todo ésto que ahora dejo y las aves...siempre las aves.

Voy hacia el sur, siempre hacia el sur.
Voy por cigarros.

Hoy deseo encontrar algo que detenga mi regreso.
Hoy no encontré imagen.

viernes, 2 de noviembre de 2012

De las ausencias presentes

Decidí vivir, decidí sentirme vivo porque presiento la ausencia
y nuevamente no me detengo.
               
                          Día - Noche - Día.
         Noche.

                  Y llueven moscas.
Cae lo cierto
                  caemos todos
                               
                                s ó r d i d o s ,      l e n t o s


Tu serás mil
Tu serás la tierra que une al viento con el agua

- Porque hay que irse sin volver -

Nosotros somos las vibraciones del viento
Somos un papel, somos el papel, somos de papel
las tres de la mañana en viernes

- Irse y no volver -

y las hojas.

Hoy.

sábado, 13 de octubre de 2012

Tierra trémula


Recuerdo que mi padre nos cosía la suela de los zapatos cuando estaban de verdad desgastados, nos duraban -supongo- unos meses más. En ése entonces, los cinco de mi familia vivíamos en un par de cuartos y creo que absorbí bastante sobre la urgencia de vivir solo con lo que es necesario ¿Porqué últimamente supuse que necesitaba de más para vivir?. Supe valorar las cosas cuando, mientras estudiaba, comía  al día una gordita y tres tazas de café que le robaba a la señora que me rentaba un cuarto compartido en su casa. 
Nunca he gastado más de lo que tengo en la bolsa, no uso tarjetas de crédito y evito pedir dinero a los bancos...a todos. 
Me gustan las mudanzas.


El sexo siempre fue un tema nulamente abordado durante mi adolescencia y actualmente me cuesta un poco de trabajo relacionarme con la gente; es decir, relacionarme sentimentalmente con la gente. Tuve una crisis de identidad de la cual aún quedan resquicios, mi autoestima es más bien bajo y soy propenso a tener depresiones.  Siempre pienso que ir al mar para escucharlo y sentirlo calmará ésta especie de ansia, pero no me gusta el calor ni puedo ir cada semana al mar. Tengo un problema con el mar.
Perdí la virginidad hasta casi los 24 años, creo. Fue un día de mi cumpleaños, eso si lo recuerdo bien. No me gusta festejar mi cumpleaños ni mucho menos que gente ajena a mi, ajena completamente, venga y me de un abrazo tan frío de lo mecánico diciendo:  "Que te la pases bien". ¡¿Qué les pasa?!
Hace mucho que no abrazo a alguien y sentir al mismo tiempo ésa intensidad,ése estar  tranquilo, mucho menos un beso intenso, de esos que hacen que los labios te tiemblen. No pienso reproducirme, tengo un problema con la proliferación de la raza humana.


Al sonido que se forma solo con dos notas se le llama intervalo; el intervalo a su vez, es el tiempo que nos toma llegar de un punto a otro. Un  intervalo involucra sólo éstos dos puntos, éstos dos únicos sonidos. Si se incorpora un tercer sonido o más, le podemos llamar entonces acorde, que tiene su etimología en "acuerdo"
Mezclar los sonidos puntuales me pareció la forma más hermosa de conjuntar ideas, de acordar algo y tener armonía. Se oye muy optimista pero es que así dice el RAE.
Hace unos días hablábamos sobre la música y un compañero abrió su acordeón sin trastabillar cuando se lo pedimos, los acordeones me recuerdan algo de lo que aún tengo dudas, por eso lo desmenuzo: a-c-o-r-d-e-ó-n.
Yo nunca fui músico.


Cuando  tomé un taller para hacer libro-objeto, del que -vale decirlo- no tenía idea de lo que se trataba,  me dí cuenta de que un milímetro, hasta ése entonces insignificante, es bien determinante en el resultado cuando estás cortando papel. Terminé inundado cuando me dí cuenta de todo lo que podía hacer, de lo que tenía que hacer, entonces rescaté -persuadido por la tallerista- lo que había guardado celosamente, encerrado de manera obsesiva en cajas, cajas dentro de cajas -si, tengo un problema con las cajas- con tal minuciosidad; todos esos objetos se precipitaron sobre  mi como maremotos, fueron como ésas inimaginables cantidades de agua que van y devastan todo cuanto se cruza, pero limpiaron mis ojos. Ajustar ésos milímetros a mi forma de vivir será una buena idea y un ejercicio bien necesario. Me mudé hace una semana.




En éstos últimos meses he coincidido con demasiada gente nueva, a raíz del trabajo que hicimos en la galería y de que he estado trabajando para diferentes proyectos. Bastante gente, toda bien diversa e interesante y aunque termino casi siempre olvidando sus nombres y rostros, me sujeto por ahora a eso porque extiendo mis posibilidades. Mi ánimo no se deteriora, soy libre de sentir y de hacer lo que yo decida y ésa figura de libertad la materializo en forma de aves. Tengo un problema con las aves.



Medusa duerme mientras miro la furiosa ciudad nocturna desde el balcón. 
Y fumo.
Hoy me dedico tiempo.
Hoy descanso.
Hoy que me engulla la vida.