miércoles, 3 de septiembre de 2014

Optar por un lugar diferente, nuevamente optando por el movimiento.

Justo debajo de la habitación en la que viví hasta hace unos días había una paragüería.
Al menos para mi la palabra me era desconocida.

Es de llamar la atención si te das cuenta de que es más inusual el negocio en sí. 
¿A quién se le ocurrió poner una paragüería?

La contradicción es que, aunque poco común, el local parecía pasar desapercibido a cualquiera. Sin contar, vi infinidad gente pasar frente a la paragüería, también sobre la calle, desapercibidos y desde el cuarto cuando los miraba era evidente que nadie lo notaba.

Me desilusionan.

También podría ser que a causa de tantas situaciones incoherentes y el desborde de indiferencia que atesta a las ciudades, eso de poner una paragüería no es tan descabellado. 

Qué importa.

Supongo que en los meses, aquellos en los que la lluvia escasea, le cambiarán el nombre a sombrillería.

A éste punto tampoco resultaría ridículo, más bien probable.



Hoy probablemente sea más ridículo y casi descabellado, ser indiferente a las cosas incoherentes que pasan desapercibidas por más inusuales que sean. 
Hoy otro lugar, de todos modos es el mismo mundo.

1 comentario:

  1. Que viva está la imagen!
    con esta imaginación e inventiva emocional la indiferencia se transforma en sonrisas y miradas.
    Pero..hablando de palabras está:
    anteojería,relojería,tlapalería, cenaduría,verdulería etc.. pero paragüería?
    ... nunca lo hubiese pensado ! saludos lluviosos :)

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